Después de casi dos semanas de baja por una distensión en el cuádriceps izquierdo, Caitlin Clark volvió a la acción con Indiana Fever y lo hizo con una actuación que subraya su condición de jugadora especial. Frente a las New York Liberty, vigentes campeonas de la WNBA y hasta ahora invictas esta temporada, la base firmó su mejor actuación en la liga profesional estadounidense.
Sin ritmo de competición desde el pasado 24 de mayo, Clark apenas necesitó unos segundos para hacer notar su presencia. En el primer cuarto, encadenó tres triples consecutivos desde más de ocho metros en menos de un minuto, una muestra de confianza que marcó el tono del partido. Al descanso, acumulaba ya 25 puntos con un altísimo porcentaje desde el perímetro (6 de 8 en triples), una cifra que supone la tercera mejor marca de la historia de la WNBA en una primera mitad en cuanto a acierto desde el triple.
Clark acabó el encuentro con 32 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias en 31 minutos sobre la pista, rozando el triple-doble en su regreso y siendo la gran protagonista del triunfo de Indiana (102-88), que se convierte así en el primer equipo en derrotar esta temporada a las Liberty.
Más allá de las estadísticas, el impacto de la jugadora de primer año fue evidente: liderazgo, determinación y un dominio del juego que volvió a contagiar al resto del equipo. Su conexión con el público, su rango de tiro casi ilimitado y su capacidad para asumir la responsabilidad en momentos clave continúan haciendo de ella una de las piezas más magnéticas de la WNBA.
El partido de este sábado no sólo marca su retorno tras la lesión, sino que refuerza su papel como figura emergente del baloncesto profesional. Con actuaciones como esta, Caitlin Clark consolida su lugar entre las grandes historias de la temporada.
Imagen de portada vía AP Photo / Colin Hubbard
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