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En la final con una generación que responde cuando más difícil era

En la final con una generacion que responde cuando mas dificil era

España jugará la final del EuroBasket Femenino 2025. Lo hará después de superar dos pruebas extremas: la remontada ante República Checa en cuartos y el pulso táctico y físico contra Francia en semifinales. En apenas siete ediciones, será la quinta vez que la selección alcance la final continental. Pero esta vez, a diferencia de otras, lo ha hecho sin muchas de las figuras de las que lideraron la era más brillante del baloncesto español.

No están Laia Palau, Silvia Domínguez, Laura Gil, Queralt Casas ni Astou Ndour, entre otras. Tampoco Maite Cazorla ni María Conde, ambas de baja por lesión. Ni Iyana Martín, ausente por un problema abdominal en el momento más delicado del torneo. Y, por primera vez en muchos años, sin ninguna jugadora nacionalizada. Sin embargo, España está en la final.

Lo está porque una nueva generación ha dado un paso al frente. Porque jugadoras como Awa Fam, con apenas 19 años, ha firmado una semifinal memorable. Porque Raquel Carrera, recién recuperada de una lesión de gravedad, ha liderado en cuartos con 31 puntos. Porque Aina Ayuso ha asumido la dirección con temple y agresividad. Porque Helena Pueyo, Mariona Ortiz y Elena Buenavida han respondido en defensa y en los momentos sin brillo colectivo. Y porque, por encima de todo, sigue estando Alba Torrens, que ha hecho de su veteranía una guía silenciosa para todas las demás.

España ha llegado a la final porque ha sido un equipo. Porque ha defendido con una intensidad creciente y ha creído en sus posibilidades incluso cuando los marcadores eran adversos. Porque ha sabido sufrir sin precipitarse y encontrar soluciones sin depender de una sola estrella.

A dos años del adiós de muchas referentes, esta selección ha sabido reinventarse. Con otro estilo, con otras protagonistas, pero con el mismo carácter. El domingo jugará por el oro. Y lo hará con una mezcla perfecta de juventud y veteranía. Un equipo que quizá no estaba entre las favoritas, pero que ha demostrado que el relevo generacional es mucho más que una transición, es una realidad.




Imagen de portada vía FIBA


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