El Casademont Zaragoza está viviendo el año uno después de Leonie Fiebich, y una de las principales jugadoras que está ayudando a mantener un ritmo parecido a las temporadas anteriores es Mariona Ortiz. La base está viviendo la mejor etapa de su carrera en la capital aragonesa y es un pilar para el equipo.
Ortiz está firmando buenos números, con 9.4 puntos, 5 rebotes y 4.9 asistencias de promedio en la Liga Femenina Endesa, siendo una de las mejores jugadoras de la competición al estar en el top 10 de valoración con 14.1 de media.
Pero cuando hablamos de Mariona no podemos quedarnos solo con las estadísticas, porque tiene un impacto muy notorio en el juego de las suyas. Cuando ella está en pista, es cuando Casademont saca su mejor versión. Ortiz es una gran líder, y a su magia se suma un gran carácter competitivo que le ayuda a impulsar a sus compañeras.
Además de su capacidad para destacar en los números, Mariona Ortiz ha demostrado ser una jugadora clave en los momentos decisivos, consolidándose como una líder natural tanto dentro como fuera de la cancha. Ahora mismo sería imposible imaginar al Zaragoza sin ella.
Su visión de juego, combinada con su habilidad para tomar decisiones rápidas (y muy efectivas) la convierten en una jugadora indispensable para las aspiraciones del Casademont.
Además, Ortiz está asumiendo un rol de mentora para las jugadoras más jóvenes, como Helena Pueyo, ayudándolas a crecer y adaptarse al nivel exigente de la Liga Femenina Endesa. Su liderazgo y experiencia están siendo fundamentales para construir una base sólida que permita al Zaragoza mirar al futuro tras consolidar el proyecto del todo.
Sin duda, Mariona Ortiz está dejando su huella en Zaragoza, siendo no solo una jugadora destacada en lo deportivo, sino también un ejemplo de compromiso y determinación que inspira a todo el equipo y a la Marea Roja.
Imagen de portada vía FIBA
