
La irrupción de Paige Bueckers en la WNBA no ha pasado desapercibida y su nombre coge cada vez más fuerza. Su gran carrera en el instituto y la universidad fueron el prólogo de lo que se espera que sea una de las mejores carreras de este deporte.
Solamente se han vivido los primeros partidos de su temporada de debut en la mejor competición del mundo, y la jugadora de las Dallas Wings ha firmado una actuación que empieza a confirmar lo que muchos ya preveían desde su etapa con UConn Huskies. Si miramos su historial y su repercusión, todo indica será una de las grandes referencias de la liga más pronto que tarde. De hecho, en cuanto a lo mediático su nombre es de los más grandes incluso antes de pisar la WNBA.
Ante Phoenix, Bueckers alcanzó su tope anotador hasta la fecha con 35 puntos, firmando un sobresaliente 68% de acierto en tiros de campo y anotando casi la mitad de los puntos de Dallas en el encuentro. A su eficacia se sumaron cinco triples convertidos de siete intentos, además de seis rebotes y cuatro asistencias, esto último hizo que de sus manos salieran más del 50% de la anotación de las Wings en el partido entre canastas y pases decisivos.
Pero parte de la grandeza de Paige es porque su impacto no se limita al plano individual. Al igual que lo hacía en UConn, fue capaz de liderar a su equipo en un partido donde cada acción suya marcaba el ritmo de juego de las Wings. Es un proyecto por construir y todavía no tienen un presente a la altura de competir en la liga, pero con Paige como figura eso cambiará.
Con esta actuación, Bueckers entra en una lista histórica en la que está junto a Caitlin Clark. Son las únicas rookies en la historia de la liga que registran al menos 35 puntos y cinco triples en un solo partido. Un hito que, más allá de su valor estadístico, sitúa a la joven base en un nivel de madurez e influencia poco habitual para su edad y experiencia. Tanto Paige como Caitlin llevan tiempo llamadas a marcar una época en la WNBA, y su tiempo está empezando.
El juego de la joven estrella formada en UConn es una combinación de inteligencia táctica, toma de decisiones rápida y una capacidad anotadora que se adapta tanto al tiro exterior como a las penetraciones a canasta. Bueckers ha sabido trasladar con naturalidad su liderazgo en UConn al baloncesto profesional, mostrando en sus primeros encuentros una personalidad serena, pero competitiva y que le da brotes verdes a Dallas para construir el proyecto sobre ella a largo plazo.
Más allá de los números, su aparición representa un soplo de aire fresco para la WNBA en todos los sentidos. En un contexto de crecimiento sostenido en el que la liga ha evolucionado bien los últimos años, su figura conecta con nuevas audiencias y alimenta la narrativa de que la WNBA que sigue ganando talento y visibilidad gracias a jugadoras que cada vez tienen más peso mediático.
Paige Bueckers está aún dando sus primeros pasos en la élite y le queda mucho camino por delante, pero todo indica que su evolución será rápida y que si Dallas hace las cosas bien podrán hacer temporadas históricas para la franquicia.
Existe el factor importante de que Paige ha sufrido varias lesiones en la NCAA, pero si el físico la respeta, el baloncesto estadounidense tiene ante sí a una futura superestrella. Su techo, como ya empieza a quedar claro, está muy por encima de lo que la mayoría de rookies pueden soñar y es una jugadora destinada a tener en algún momento el mundo en sus manos.
Imagen de portada vía Getty Images
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