Hablar del futuro de Paige Bueckers es referirse a uno de los nombres más destacados en la historia del baloncesto.
La joven estrella de las UConn Huskies no solo ha captado la atención por su increíble talento en la cancha, sino también por el impacto cultural y mediático que representa su figura. Se podría decir que fue una de las pioneras en esta nueva época en la que las deportistas son más famosas que nunca.
A pesar de que el salto de Paige a la WNBA parece inevitable, hay muchas aristas y será un camino lleno de decisiones cruciales que definirán su carrera.
A medida que se acerca el WNBA Draft 2025, las expectativas sobre Bueckers no han hecho más que crecer y es un tema de conversación recurrente en el mundo del baloncesto. Sin embargo, detrás de toda la atención mediática y el ruido que se está generando en torno a su figura, hay muchas incógnitas sobre cómo y cuándo dará el salto al profesionalismo. Todavía quedan muchas cosas en el aire.
Una carrera marcada por el talento
Desde su irrupción en el baloncesto colegial siendo todavía una niña, Bueckers ha demostrado que pertenece a una élite especial tanto en lo deportivo como en el mundo mainstream.
Su habilidad para dominar el ritmo del juego, su capacidad de anotación con skills para meter de todas las formas y colores o su visión de juego, la han convertido en una de las jugadoras más completas de su generación y de las más marcadas en el radar de futuras estrellas. Ya desde su temporada de novata con las Huskies, quedó claro que estábamos viendo a una jugadora de las que no se ven en todas las generaciones.
En aquella temporada, lideró al equipo en puntos, asistencias y robos durante su año de debut. Pocas veces se había visto un primer año así en UConn. Y hablamos de una universidad en la que jugaron Diana Taurasi, Sue Bird, Maya Moore o Breanna Stewart.
Además, ganó el premio Naismith a la Mejor Jugadora del Año, un logro sin precedentes para una debutantes en la liga. Pero lo que la distingue no es solo su destreza técnica o sus premios individuales, sino también su liderazgo. Incluso en los momentos más difíciles, Paige ha demostrado una madurez y un enfoque para el deporte que rara vez se ven en alguien de su edad.
Las lesiones: un obstáculo en el camino
A pesar de su enorme talento, la carrera de Bueckers no ha estado exenta de desafíos en prácticamente todos los cursos con UConn. La lesión de rodilla que sufrió en 2022, que la dejó fuera de la temporada completa, fue un recordatorio de los riesgos que conlleva ser deportista de alto nivel y que por muy alto que estés, nadie es intocable.
Sin embargo, su regreso a las canchas en 2023 mostró algo más que su determinación, también vimos su capacidad para superar adversidades y recuperar el nivel que la convirtió en una de las mejores jugadoras del país.
Las lesiones siempre son una preocupación en una carrera como la de Paige, especialmente para una jugadora que depende tanto de su velocidad, explosividad y agilidad para marcar las diferencias. Esto hace que cada temporada sea crucial, no solo para demostrar su calidad, sino también para mantenerse sana.
¿Un objetivo pendiente en la NCAA?
Ahora mismo se da por hecho que Paige ingresará al WNBA Draft del 2025, pero existe la posibilidad de que decida quedarse un año más en la NCAA. Es una opción no puede ser descartada, ya que en diversas ocasiones Bueckers ha expresado su deseo de ganar un campeonato nacional con UConn, un logro que aún se le resiste.
Este anhelo personal podría llevarla a priorizar una temporada más en el ámbito universitario antes de embarcarse en su carrera profesional y dar el paso en los próximos meses.
La decisión de posponer su llegada a la WNBA también podría estar influenciada por su sentido de lealtad hacia su equipo. UConn ha sido el lugar donde Paige ha desarrollado su juego y ha superado los momentos más difíciles, como su rehabilitación tras la lesión. Además la universidad la ha ayudado a seguir creciendo mucho a nivel de fama.
De hecho, regresar por un último año podría ser una forma de cerrar ese capítulo de su vida con una victoria que corone su legado en el baloncesto colegial si no lo consigue esta temporada. Es algo parecido a lo que intentó hacer Sabrina Ionescu con Oregon Ducks, aunque en su caso fue la pandemia la que truncó los planes.
Es un fenómeno mediático
Lo que hace a Bueckers verdaderamente especial no es solo su talento, sino también su impacto fuera de la cancha. Es muy joven, pero ya es una de las atletas más reconocidas y comercializables en los Estados Unidos, e incluso en todo el mundo. Su carisma y personalidad transparente, se ha combinado con su increíble magia sobre la cancha. Algo que la ha convertido en una figura icónica que trasciende el deporte y acumula una gran cantidad de fans.
Sus contratos de patrocinio son prueba de lo que puede generar ella como figura mediática. Paige ha firmado acuerdos con algunas de las marcas más importantes de su país, convirtiéndose con ello en una de las jugadoras universitarias que mejor aprovechan el cambio en las reglas de la NCAA que permiten a los atletas obtener ingresos por su nombre e imagen.
Esto no solo le ha dado independencia financiera y un gran abanico de posibilidades, sino que también se ha consolidado como un modelo a seguir para que las generaciones más jóvenes sepan cómo tienen que hacer las cosas.
Un futuro incierto a corto plazo
A medida que se acerca el momento de decidir su próximo paso, el futuro de Paige sigue siendo un tema de especulación y debate, ya que pueden pasar muchas cosas.
Su talento y su impacto mediático hacen que sea una de las jugadoras más esperadas en la historia de la WNBA, pero el cuándo y el cómo de su llegada todavía están por definirse. Porque realmente no sabemos ni si decidirá ir este próximo Draft o esperarse.
El camino hacia el profesionalismo no es solo una cuestión de talento y de ambiciones deportivas. También implica elegir el momento adecuado y considerar factores como la salud, los objetivos personales y las oportunidades que la WNBA le pueda ofrecer en cada momento, como por ejemplo los equipos que pueden seleccionarla.
Para Paige, esta transición no es solo un paso más en su carrera, sino una oportunidad de continuar construyendo un legado que podría redefinir el baloncesto femenino y la forma en la que se ve a las deportistas.
Lo que está claro es que, ya sea en 2025 o más adelante, Bueckers está destinada a dejar una huella imborrable en el baloncesto. De hecho, ya se podría decir que la ha dejado.
Su combinación de habilidades en la cancha, su resiliencia ante las adversidades como las lesiones y su forma de ser, la convierten en una figura muy especial.
Dallas Wings tiene el primer pick del Draft 2025, pero se especula que la prioridad de Paige sería jugar en otro equipo. Por ahora se habla de Los Angeles Sparks.
Es muy pronto para decir que la franquicia texana tendrá a Bueckers en su plantilla, porque pueden pasar muchas cosas como lo comentado de que decida quedarse en las Huskies, que a Dallas le llegue una oferta que no pueda rechazar, una nueva lesión, que otra jugadora de su generación destaque más esta temporada… Hay una infinidad de posibilidades. Así que vamos a esperar unos meses antes de decir que Paige estará en Dallas. Al final es una jugadora que por su contexto y posición, puede hacer lo que ella quiera.
Imagen de portada vía Paige Bueckers