Adiaratou Iglesias no es simplemente una atleta. Ella es el reflejo de la perseverancia humana ante todas las adversidades que la vida puede poner por delante. Nació en una tierra que, debido a sus supersticiones y creencias arcaicas, veía su condición de albinismo como algo más que una mera diferencia física con el resto de personas. Eso sumado a que tan solo tiene un 10% de visión.
No hablamos de que solamente haya desafiado a las expectativas, sino que ha triunfado en el escenario deportivo de más alto nivel, siendo una grandísima representante de España en atletismo.
Sus inicios
En el corazón de Malí, un país lleno de cultura y tradición, también habitan profundas creencias que, para algunos, son difíciles de cuestionar. Las supersticiones en torno al albinismo no son raras en muchas partes de África. En diversas comunidades, las personas albinas son erróneamente vistas como portadoras de mala suerte o como poseedoras de habilidades mágicas. Enfrentarse a estas supersticiones no es tarea fácil, y Adiaratou lo vivió en carne propia desde pequeña.
A los 11 años, en 2010, y debido a la creciente tensión y peligro, Adiaratou dejó atrás su tierra natal, en busca de un futuro más seguro y esperanzador. Su destino fue Logroño, España, donde ya residían su hermano y su cuñada. Lo que parecía un nuevo comienzo, una oportunidad para dejar atrás la oscuridad de las supersticiones, se tornó en otro desafío.
El nuevo comienzo
A pesar de haber llegado a un lugar más seguro, Adiaratou se encontró nuevamente enfrentando dificultades. Presuntos abusos en el hogar la llevaron a ser ingresada en un orfanato, donde permaneció dos largos años. Fue una época difícil, donde la joven luchaba no solo contra su discapacidad visual, sino también contra la soledad y el desarraigo.
Finalmente, la vida le sonrió de nuevo cuando fue adoptada por una familia en Lugo. Este cambio le permitió recuperar la estabilidad y comenzar a trazar el camino hacia lo que sería una increíble carrera deportiva.
Un talento único
Los años de esfuerzo y dedicación comenzaron a dar frutos. En 2019, Adiaratou dejó su huella en la historia del atletismo adaptado. En el Campeonato Mundial de Atletismo Adaptado, brilló con fuerza al colgarse dos medallas de plata. Pero eso solo fue el comienzo. En el mismo año, durante el Grand Prix de Atletismo en Grosseto, rompió el récord de España en los 100 metros en la categoría T12, con un tiempo de 12,42 segundos.
Su hambre de superación no se detuvo allí. En el Mundial de Dubái, nuevamente demostró su capacidad y empuje, superando su propio récord con un asombroso tiempo de 11,99 segundos. Este logro la consagró como subcampeona del mundo, pero lo más significativo fue que demostró que su discapacidad no la definía, sino que su talento y determinación lo hacían.
El salto a los Paralímpicos
2020 fue un año que quedará grabado para siempre en la memoria de Adiaratou. Representar a España en los Juegos Paralímpicos de Tokio no solo fue un sueño hecho realidad, sino la culminación de años de lucha y sacrificio. Allí, se consagró como una de las mejores atletas paralímpicas del mundo, ganando la medalla de oro en los 100 metros T13 y la medalla de plata en los 400 metros T13.
Las adversidades
Lo que hace que la historia de Adiaratou sea aún más impresionante es que, a pesar de tener solo un 10% de visión, nunca permitió que su condición la frenara. Utilizando gafas especializadas, su visión mejora hasta un 20%, lo que le permite enfrentarse a los desafíos cotidianos con un poco más de claridad. Sin embargo, es su visión interna, su determinación, lo que realmente la guía hacia el éxito.
Pero lo que realmente asombra es que, además de su éxito en el atletismo adaptado, también compite en pruebas no adaptadas. En el Campeonato de España de Atletismo Sub-23, Adiaratou ha demostrado que puede competir con los mejores, obteniendo medallas y destacando entre los más talentosos de su generación.
Una inspiración
La historia de Adiaratou Iglesias es, sin duda, un ejemplo extraordinario de superación, resiliencia y coraje. Desde sus primeros años en Malí, rodeada de supersticiones que intentaban definir su destino, hasta los podios internacionales, Adiaratou ha demostrado que las barreras solo existen si permitimos que lo hagan.
Ella ha trascendido sus limitaciones físicas y ha mostrado al mundo que, con determinación y fuerza de voluntad, cualquier meta es alcanzable. Su historia es una inspiración para todos aquellos que enfrentan adversidades, recordándonos que, cuando la vida nos pone obstáculos, somos nosotros quienes decidimos si nos detenemos o los superamos.
Adiaratou Iglesias, un nombre que quedará grabado en la historia del deporte y en los corazones de quienes creen en la fuerza del espíritu humano.
Imagen de portada vía Adiaratou Iglesias