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Los orígenes de Alexia Putellas y su amor incondicional por el Barcelona

Los origenes de Alexia Putellas y su amor incondicional por el Barcelona

Alexia Putellas Segura nació el 4 de febrero de 1994 en Mollet del Vallès, una localidad catalana situada a unos 30 kilómetros de Barcelona. Este lugar vio crecer a la que posteriormente se convertiría en una de las mejores deportistas de todos los tiempos. Una jugadora de fútbol que logró cosas que ni podía soñar cuando tocó un balón por primera vez.

Hija de Elisabet Segura Sabaté y Jaume Putellas Rota, creció en un entorno familiar apasionado por el deporte, especialmente por el fútbol y más en concreto por el FC Barcelona. Desde que era muy pequeña que Alexia mostró interés por el fútbol, el que terminó llamando su atención de manera especial y siendo una parte muy importante de su vida.

Acompañaba a su padre al Camp Nou para presenciar los partidos del Barça porque su ciudad natal está a sólo a unos kilómetros de la capital catalana. Y es algo que terminó marcando mucho su trayectoria, ya que hablamos de una experiencia que fortaleció su vínculo con el club y alimentó su sueño de convertirse en futbolista profesional vistiendo la camiseta blaugrana.

«Desde pequeña, mi meta era jugar en el Barça. Cuando juego en este club, siento de verdad que represento a mi familia, mi historia, mi hogar. A los seis años, recuerdo ver el Clásico desde lo alto de una mesa de billar. Mi familia es muy culé y, cuando no podían ir al estadio, solían verlo en un bar» explicaba Alexia en The Players Tribune.

A los siete años, nuestra protagonista comenzó a jugar al fútbol y lo hizo en el CE Sabadell, el club donde permaneció hasta el 2005. Pero para eso tuvo que dar una fecha de nacimiento falsa, porque era demasiado pequeña para poder jugar en el equipo. «Mi carrera futbolística empezó con una mentira piadosa» recuerda Putellas.

«Solía ​​oír cosas como: «Esta chica tiene algo… Es especial». Pero no le prestaba atención. Solo quería jugar. Y jugaba siempre que podía. Si mis padres estaban tomando un café en la plaza, cogía mi pelota y practicaba tiro contra el muro del ayuntamiento y volvía sudando, pidiendo agua«.

Después ese tiempo en su primer club, con once años, ingresó en las categorías inferiores del FC Barcelona, aunque su estancia fue breve y el sueño no fue real por mucho tiempo, ya que tras una reestructuración del club se quedó sin equipo en el proyecto blaugrana y se vio obligada a buscar opciones en otro lugar.

Lejos de desanimarse, siguió pensando en el fútbol y se buscó otro club en Cataluña en el que poder progresar como jugadora. Así que continuó su formación en el RCD Espanyol, donde creció mucho como deportistas y debutó en la Primera División.

En su estancia con el Espanyol, Alexia no solo ganó minutos y experiencia, sino que también participó en la conquista de la Copa de la Reina en 2010, un logro que reforzó su visibilidad en el panorama nacional y ya le daba más eco a su nombre. Su desempeño con el conjunto perico demostró una madurez táctica poco común para su edad. Se veía venir que era una jugadora muy especial, y mostró el talento diferencial que tenía en los pies.

Pasamos al verano de 2011, en el que Putellas se incorporó al Levante UD, una de las referencias históricas del fútbol femenino en España y un buen escaparate para su magia. Aunque este cambio de equipo significó para ella un reto importante al asumir un rol más protagonista en un equipo con aspiraciones más competitivas en ese momento.

Su adaptación fue bastante rápida y su rendimiento más que sobresaliente. En su única temporada en el conjunto de la Comunidad Valenciana, firmó una destacada actuación con 15 goles en 34 partidos oficiales vistiendo esa camiseta. Una cifra que no pasó desapercibida y que terminó de impulsar su estatus.

En aquella época ya se hablaba de que su madurez en el campo, pese a que todavía era muy joven. Y su capacidad para decidir partidos desde el centro del ataque o el mediocampo ofensivo, cosas que terminaron por llamar la atención del FC Barcelona.

El equipo blaugrana decidió recuperarla para su primer equipo y con eso cerrar un ciclo. Así, en 2012, regresó a la disciplina del equipo que ama para iniciar una nueva etapa, esta vez como una jugadora clave en la construcción de un proyecto que iba a cambiar el mundo del deporte y en parte también la sociedad.

«Cuando me reincorporé al club en 2012, pasamos varios años sin ganar el título. Simplemente no conseguíamos el título. Pero en lugar de reevaluarlo, el Barça redobló sus esfuerzos. Incluso cuando los resultados no fueron inmediatos, el club se comprometió con el proyecto. Sabían lo que se necesita para alcanzar el éxito«.



Imagen de portada vía Familia Putellas / Mundo Deportivo


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