En una temporada más de dominio para el FC Barcelona en la Liga F con 28 victorias, solo un par derrotas y un nuevo título con 84 puntos, hay cifras que confirman, más allá del resultado colectivo, el valor sobre el césped de ciertas jugadoras. Mapi León es una de esas futbolistas imprescindibles, porque hace mucho más de lo que parece a simple vista. Su aportación no solo se mide por su seguridad en defensa sino también por su protagonismo en la construcción del juego, algo en lo que es una de las más destacadas de toda la competición no solo de su equipo.
La central aragonesa ha sido, durante esta temporada de liga completa, la jugadora que más metros ha hecho avanzar el balón para su equipo en toda la competición con un total de 17.866 metros acumulados entre todos sus pases progresivos. Un dato especialmente significativo porque es una estadística que suele beneficiar a las porteras, cosa que es obvia porque su capacidad de golpeo largo les ofrece ventaja. De hecho, tras Mapi aparecen tres guardametas, que son Adriana Nanclares (17.454 metros), Noelia Ramos (15.053 metros) y Lola Gallardo (14.211 metros).
El hecho de que una central encabece esta estadística habla de una futbolista que no solo defiende, sino que es fundamental a la hora de sacar el balón jugado desde atrás. Aunque no lo parezca porque se acaba diluyendo entre tantos pases posteriores de las centrocampistas, muchas jugadas empiezan en Mapi.
León se ha consolidado como uno de los pilares de la salida de balón en el Barça, y lo ha hecho trabajando desde la sombra. Su precisión en el pase largo, su visión para dividir líneas y su capacidad para interpretar los espacios han sido fundamentales en un equipo que basa su juego en el control del esférico. Desde su zona, Mapi genera ventajas, atrae presión y libera a sus compañeras, muchas veces iniciando las jugadas que terminan en gol, con muchos pases de por medio.
En defensa, su fiabilidad es sobradamente conocida y es una de las mejores del mundo en su posición. Intensa en el duelo, sólida en el juego aéreo y cada vez más sobria en la lectura del partido, cosa que se nota más en el aspecto de la creación de juego. Su evolución en los últimos años le ha llevado a ser también una referencia en el inicio de las jugadas y en el control del ritmo en los primeros metros del ataque blaugrana.
Mapi León es mucho más que una central. Es una jugadora que, desde la base del campo, condiciona el juego de su equipo. Y lo hace con una regularidad que la confirma como una de las piezas más determinantes del mejor equipo del campeonato.
Si miramos sus números solamente ha repartido 5 asistencias en 23 partidos, pero un buen porcentaje de las jugadas ofensivas del Barça salen de sus pies. Hablamos de una defensa que tocó 2.247 balones durante la temporada, haciendo con ellos 2.199 intentos de pase con un 88% de acierto.
Con más de un 90% de acierto en pases cortos y de media distancia, es una jugadora sin la que no se entendería el juego del Barcelona en esta temporada. Y más cuando 313 de sus pases fueron progresivos (hicieron avanzar las jugadas más de 10 metros). En esta última estadística es la líder de toda la Liga F y no es una casualidad.
Imagen de portada vía Fútbol Club Barcelona
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