En La Rosaleda se vivió una de esas noches que trascienden lo futbolístico. El marcador de 4-0 ante Suecia quedará registrado en las estadísticas, pero el recuerdo que permanecerá será el del regreso de Jenni Hermoso con la selección española, un año después de su última aparición con la Roja y tras luchas contra todo y contra todos. Cuando la madrileña cruzó la línea de cal en el minuto 88, el estadio se levantó en pie. Era una ovación cargada de recuerdos de una leyenda, de justicia y de cariño.
Las lágrimas llegaron después, al terminar el partido. Jenni no pudo contenerlas por la emoción de todo lo vivido. Había pasado demasiado tiempo lejos de un lugar que siente como suyo y en el que es historia viva.
Desde los amistosos de octubre de 2024, no había vestido la camiseta de España. En ese año de ausencia hubo ruido, heridas y silencios, pero también una resiliencia que la llevó de vuelta al escenario donde siempre brilló. A la que ha sido su casa durante muchos de los momentos más grandes de su carrera.
Horas después, la delantera del Tigres compartió un mensaje que retrata su estado emocional: “Se podría decir que todo está bien siempre, que todo es bonito, que todo lo afrontamos con una sonrisa. Pero la realidad también es esta, la que estás rota por dentro y sigues adelante.”
Con esas palabras, Hermoso mostró una vez más su autenticidad, lejos de los discursos prefabricados. Uno de los motivos que la hacen ser una de las favoritas de los fans.
Jenni también agradeció a la afición por el cariño recibido y admitió que lo vivido en Málaga “es imposible de describir en un texto”. Es un punto de inflexión en su carrera y una forma de demostrar lo importante que ha sido esto para ella.
“Qué bonito sentí, y eso le da sentido a todo. Gracias”, concluyó.
En el césped, la emoción fue compartida por todas las jugadoras de España. Alexia Putellas, su compañera y amiga, reconoció después: “Se nos puso la piel de gallina cuando coreaban su nombre”. El vestuario, el público y el fútbol se reconciliaron con una de sus voces más queridas y una leyenda que ha sido fundamental en el crecimiento de este deporte.
Jenni Hermoso volvió a jugar, pero sobre todo volvió a sentirse parte de lo que ella ha ayudado a construir. No hizo falta un gol para emocionar a todo un estadio. Bastó su presencia.
El regreso de Jenni fue una reivindicación silenciosa, una victoria íntima y, quizá, el comienzo de un nuevo capítulo en una historia que nunca dejó de pertenecerle. Porque ‘la 10’ estaba lejos de la Selección por motivos extradeportivos, mientras ella no paraba de responder con goles en su club. Una historia de impotencia, de saber que está al nivel de ir con España pero no poder hacerlo por cosas que no tienen nada que ver con el fútbol.
Lo fácil hubiera sido rendirse, pero Jenni lleva la lucha y reivindicación dentro. Es parte de ella y volvió a demostrarlo.
Lo vivido en este partido de España ante Suecia quedará para la historia, como un momento precioso de conexión entre Jenni y los fans que nunca dejaron de apoyarla.
Imagen de portada vía Getty Images
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